El transporte público es uno de los principales motores que debe garantizar la movilidad de toda la ciudadanía, y un elemento clave para el buen funcionamiento de las ciudades y municipios.
Un buen sistema de transporte público significa una movilidad más eficiente y un mejor desarrollo económico de las diferentes comarcas. Debe ser garante de la equidad social, del derecho a desplazarse libremente y en igualdad de condiciones, considerando las distintas circunstancias de las personas que lo utilizan. Debe basarse fundamentalmente en criterios de solidaridad, primando su carácter social en horarios, tarifas, recorridos, en vez de asentarse en parámetros de rentabilidad económica.
El transporte público es cuatro veces más económico que el privado y representa, además, uno de los pilares básicos para una movilidad más sostenible: nos proporciona barrios, pueblos y ciudades más limpias, más seguras, más sociales y menos contaminadas, ya que contribuye a la eficiencia energética y la reducción de los niveles de contaminación.
Hasta la fecha, las instituciones aplican políticas de movilidad con una preocupante falta de perspectiva y visión de futuro, incentivando la prevalencia del uso y consiguiente dependencia del transporte privado, y anteponiendo la construcción de nuevas infraestructuras viarias de alta capacidad, sin evaluar su impacto social, económico y medioambiental. De esta manera se impide el desarrollo del transporte público en igualdad de condiciones al vehículo privado.
En lugar de esas macro-infraestructuras, como autopistas o grandes aparcamientos en el centro, se deberían favorecer las actuaciones dirigidas al fomento del transporte público, como carriles bici, carriles exclusivos para transporte público, aparcamientos disuasorios, incentivación de la intermodalidad, etc.
Además, otra deficiencia importante en las políticas públicas de materia de transporte es la falta de planificación. En muchas ocasiones percibimos que las decisiones se toman sobre la marcha o en virtud de intereses electoralistas, sin tener en cuenta el bien común del conjunto de la sociedad. Por ello, es necesario que todas las actuaciones vengan avaladas por estudios y planes de trabajo que definan las carencias de las diferentes comarcas y las soluciones para dar respuesta a sus necesidades de movilidad, respetando siempre las demandas de información y participación de la población, así como el medioambiente.
Por todo lo anterior, planteamos una serie de directrices como base de las políticas y actuaciones que marquen el futuro del transporte público en Bizkaia a corto a plazo:
• MISMO RECORRIDO MISMA TARIFA. INDEPENDIENTE DEL MODO/S DE TRANPORTE UTILIZADOS.
Frente al modelo impulsado actualmente que solamente prima y bonifica los desplazamientos en metro, y penaliza los viajes que se hacen en el resto de operadores. No entendemos porqué se pagan diferentes tarifas para hacer el mismo viaje dependiendo del medio de transporte que se utilice. A mismo desplazamiento mismo importe.
• A MAYOR UTILIZACIÓN DEL TRANSPORTE PÚBLICO MAYOR DESCUENTO EN EL PRECIO DEL BILLETE.
Las personas que utilizan los billetes temporales son quienes más viajes realizan, y la clientela más fiel del transporte público. Sin embargo, los mayores incrementos en los nuevos billetes consorciados han recaído sobre ellas. Debemos potenciar la utilización del transporte público y, por tanto, bonificar a quien más veces haga uso de ese servicio. De manera progresiva, a más viajes menor precio.
• EL PRECIO DEL BILLETE DEBE SER ACORDE A LA RENTA DE CADA PERSONA.
Solicitamos que se den pasos para facilitar el acceso al transporte público a las personas con menos ingresos, y se supere el sistema actual de descuentos por edad. Las personas sin recursos, jóvenes y estudiantes, las
personas en paro y las que tienen pocos ingresos no deben pagar el mismo importe que una persona con rentas altas o un gran patrimonio. También se deberán mantener referencias al nivel y condiciones de vida (IPC), para que las tarifas no se encarezcan de manera desproporcionada. A menor renta, menor precio.
• GARANTÍA DE UN SERVICIO PÚBLICO Y DE CALIDAD.
Queremos que se preste el mejor transporte posible a la ciudadanía mediante la garantía de los puestos de trabajo existentes. Se debe evitar a toda costa crear un sistema de transporte que gire en torno al “sistema metro” y discrimine al resto de operadores. Garantía de calidad en el servicio para instituciones, ciudadanía y plantillas.
• UN ENTE ÚNICO QUE COORDINE A TODAS OPERADORAS DEL TRANSPORTE PUBLICO.
La creación de la Autoridad de Movilidad de Bizkaia (AMB) debe potenciar la complementariedad entre las empresas operadoras y evitar las duplicidades y la competencia comercial entre las mismas, mejorando así la calidad del servicio. También debe dar cabida a la opinión y participación de agentes sociales y personas usuarias. Coordinación, integración y participación ciudadana.
• UTILIZABLE EN TODO BIZKAIA.
Frente al sistema zonal propuesto por el Consorcio de Transportes que penaliza a los municipios que se sitúan más lejos de la capital y que, a su vez, son los que no pueden acceder al sistema integrado de metro, proponemos un sistema más justo para todo el territorio de Bizkaia. Un sistema que garantice la cohesión territorial de todas las comarcas de Bizkaia y facilite también su uso en las zonas limítrofes y provincias adyacentes. Soporte único para todo el transporte público.
El objetivo de este manifiesto es mejorar el servicio de Transporte Público en Bizkaia para bien de las instituciones, de la sociedad en general y de las trabajadoras y trabajadores del sector.
Las soluciones y mejoras en materia de movilidad vendrán del incentivo, mejora y potenciación del transporte público, no de otro modo.
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