2012/04/02

Juanjo Basterra,  Gara

¡Qué importante es la clase trabajadora de Euskal Herria!



Todavía está viva la imagen de la última huelga general en Euskal Herria. La cuarta desde que comenzó la crisis económica. Los gobiernos no han atendido las demandas de los sindicatos y trabajadores vascos, sino que desde el comienzo se mantienen pegados a la sombra del poder económico que dirige la política. A quienes les eligen en las urnas son simplemente títeres de quienes controlan la economía especulativa.

Les gusta ese papel, porque ellos están a salvo con sueldos elevados y una cierta categoría social ante sus oponentes y amigos. ¡Así nos va! Se ha demostrado, una vez más, que el sistema capitalista sólo genera desigualdad, pobreza y que solo unos pocos vivan bien, mientras el resto se tiene que repartir las migajas que van dejando.

La última huelga general del 29 de marzo será recordada, también por la actuación brutal de la Ertzaintza en Gasteiz. Los trabajadores ocuparon e inundaron las calles de nuestros pueblos, de nuestras capitales. Dijimos no a los recortes sociales, laborales y salariales más agresivos de los últimos años. Deberían tener en cuenta la voz expresada en la calle, pero no me equivoco en decir que no lo van a hacer. Por eso, es necesario que esa lucha mantenga encendida la llama que, de nuevo, la clase trabajadora vasca ha trasladado en cada centímetro de asfalto.

El clamor en contra de la reforma fue tal que los voceros de la patronal ya están pidiendo que no se demore su aplicación en todos sus términos. No quieren que esta gran victoria del Pueblo Trabajador Vasco, así como de otros pueblos del Estado español, sea recordada y reconocida. La lucha para no perder los derechos no es de hoy, otros la emplearon antes. Con la movilización y la pelea lograron mejoras en nuestro bienestar que se desmorona.

Es importante, por ello, que se respete la voz de Euskal Herria y que sea la clase trabajadora vasca la que decida su futuro, alejado del capitalismo salvaje que sólo crea pobreza y miseria. Es necesario un cambio de rumbo, donde la riqueza se distribuya, donde el empleo se reparta para construir una Euskal Herria más solidaria.

Esta nueva adrenalina que ha entrado por nuestras venas debe ser la que nos guíe. Por eso, espero que todos trabajemos en ese camino. Aurrera!



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